Cardozo y Malandra en la fecha de los goles supersónicos.

Dos partidos que arrancaron con sendos fogonazos vertiginosos, pero con un final más que distinto en el Apertura argentino. Es posible que no exista un inicio más espectacular y cambiante de las estructuras y planteamientos previos que un gol en la primera jugada, y hemos vivido dos en la misma fecha del fútbol argentino.

Newell´s hurgó en la herida de Quilmes, ganando en el Centenario por 2-3 con "hat-trick" del paraguayo Cardozo. El Tacuara, como es conocido este corpulento ariete guaraní (no confundir con José Saturnino Cardozo, el veterano delantero que hiciera sacos de goles en el fútbol mejicano), adelantó a los 13 segundos de juego a "La Lepra" y machacó a Quilmes con dos goles más en una actuación redonda. Parece que el nuevo seleccionador de Paraguay, Nery Pumpido (el que fuera portero, en su día, del Betis y la selección argentina) le va a convocar para los partidos de octubre. Y, a todo esto, la crisis de los cerveceros no parece encontrar fin.

Un arranque tan eléctrico (o más) tuvo el Colón- Vélez de anoche. Nada más sacar de centro, la defensa santafesina mete un balón largo que recibe Sebastián Malandra, quien no se lo piensa y engancha un zurdazo desde 25 metros que se traga "el Gato" Sessa. 15 segundos de juego: 1-0 en el marcador.
A partir de ahí, el partido mantuvo unos minutos un ritmo cardiaco que fue desviado por los equipos al choque y la fricción en medio campo hasta que del duelo al rojo vivo que parecíamos tener delante pasamos a unas míseras brasas que se extinguieron cuando un exaltado lanzó un encendedor un asistente y el partido se suspendió. Otra suspensión más en este Apertura, y van tres en siete jornadas (por cierto, la entrevista de la TV argentina al "comisario en jefe" de la Policía en el campo de Colón, inolvidable de verdad).

El partido de Santa Fe era atractivo por muchos motivos, pero pasamos del todo a la nada en menos de media hora. Colón no aprovechó el desconcierto inicial de los de Liniers para tratar de poner tierra de por medio y se echó descaradamente atrás, para deslucimiento de la interesante pareja Barrado- Esmerado en el eje. Giovanni Hernández, quien siempre es un jugador delicioso, no se levantó del suelo en toda la primera parte y de la zurda del joven Malandra no volvimos a tener noticias desde el primer minuto.
Por su parte, Vélez se encontró un rival con viento a favor y muy metido atrás y pronto comprobó que con circulación rasa de balón no podría hincarle el diente. Sorprende que no buscasen enviar balones a los costados, donde tenían clara superioridad con el rapidísimo Ocampo y con Emiliano Papa, más rápidos que los laterales Fernández y Chitzoff, que sufrieron en los pocos manos a mano que hubo. Con Maxi Bustos impreciso como siempre en los envíos en largo, y Moreno y Fabianesi (es un sólo jugador, con un apellido compuesto y curioso) descentrado por los pitos de su ex hinchada, los de Russo se estrellaban contra el muro de Colón hasta que un energúmeno acabó con el partido.

Dos goles inesperados, una figura en ciernes (Cardozo), un nuevo escándalo en Argentina y otra noche que me voy a la cama antes de lo previsto. La vida sigue igual... ya veremos qué pasa hoy.

Foto: Clarín