Semifinales UEFA Champions League: Drogba y el fútbol en la pizarra.

Como era de esperar, la segunda semifinal de Champions nos deparó un duelo de corte radicalmente distinto al que vivimos en Manchester en la gozosa noche del martes. Con un alto y vibrante ritmo, el Chelsea ganó 1-0 al Liverpool en el enésimo pulso Mourinho-Benítez marcado, como casi siempre, por la fricción, el juego de contacto, el espectáculo físico y la obsesión por los movimientos mecanizados sin la pelota.
A Mou le faltaban Essien, Ballack y Robben, así que recurrió a Makelele para que guardase el sitio y dejase tocar a Mikel, y por delante Lampard ponía el derroche y Joe Cole la movilidad en un esquema flexible. Ferreira volvía al puesto de "2" y Shevchenko formaba ataque con Drogba.
En el Liverpool no había ausencias, salvo la lista de zurdos lesionados desde hace tiempo (Luis García, Kewell, Fabio Aurelio), y Benítez alineó a su talismán Arbeloa en el lateral derecho, Riise en el izquierdo, el trío Masche-Xabi-Gerrard con Zenden en la media, y Bellamy y Kuyt en punta, reservando de inicio a Crouch.
Cada vez que veo jugar al Chelsea (y lo hago casi siempre) me convenzo más: cuando tienen la pelota sólo distraen. Sus circulaciones, sus intentos de desborde, sus desmarques, ... Todo es fuego de artificio, todo se hace en espera de generar las posibles situaciones favorables a los enigmaticos folios verdes que maneja Mou en el banquillo. El balón largo a Drogba es el recurso más utilizado, y el marfileño trajo por la calle de la amargura a Agger, a cuyos centímetros había confiado Benítez la única variante que no cabía en su pizarra mágica. El central danés perdió todas y cada una de las pugnas cuerpo a cuerpo con Drogba y abrió una brecha en el entramado de los "reds" que dañó a todas las líneas.
Así, con una segunda variante tan difícil de prever como una salida desde atrás "made in Ricardo Carvalho" se gestó el único gol: arrancada del "Mariscal" luso, balón directo a Drogba que se deshace en dos maniobras de Agger y gol de Joe Cole llegando en diagonal antes que
un desacertado Arbeloa. Parecida fue la génesis de cuatro llegadas más que hicieron al Chelsea merecedor del triunfo ,aunque Reina estuvo bien de reflejos y Kalou, que entró a refrescar el aatque en la segunda parte, mal en la última elección.
Por hablar de más nombres propios, soberbio Carvalho, decisivo Drogba, intrascendente Sheva; muy mal Mascherano, demasiado acelerado un Xabi Alonso que mereció la roja (parece que no se le olvida que Lampard le lesionó un día de Año Nuevo ...), sin apoyos un multiplicado Gerrard, desastroso Arbeloa, que no aprovechó la autopista que tenía por su banda (no había volante ahí y Ashley Cole se entretenía en seguir a Gerrard o cubrir la caída de Bellamy o de Kuyt).
Decidirán Anfield y, esperemos, el talento y el fútbol antes que la pizarra.
A Mou le faltaban Essien, Ballack y Robben, así que recurrió a Makelele para que guardase el sitio y dejase tocar a Mikel, y por delante Lampard ponía el derroche y Joe Cole la movilidad en un esquema flexible. Ferreira volvía al puesto de "2" y Shevchenko formaba ataque con Drogba.
En el Liverpool no había ausencias, salvo la lista de zurdos lesionados desde hace tiempo (Luis García, Kewell, Fabio Aurelio), y Benítez alineó a su talismán Arbeloa en el lateral derecho, Riise en el izquierdo, el trío Masche-Xabi-Gerrard con Zenden en la media, y Bellamy y Kuyt en punta, reservando de inicio a Crouch.
Cada vez que veo jugar al Chelsea (y lo hago casi siempre) me convenzo más: cuando tienen la pelota sólo distraen. Sus circulaciones, sus intentos de desborde, sus desmarques, ... Todo es fuego de artificio, todo se hace en espera de generar las posibles situaciones favorables a los enigmaticos folios verdes que maneja Mou en el banquillo. El balón largo a Drogba es el recurso más utilizado, y el marfileño trajo por la calle de la amargura a Agger, a cuyos centímetros había confiado Benítez la única variante que no cabía en su pizarra mágica. El central danés perdió todas y cada una de las pugnas cuerpo a cuerpo con Drogba y abrió una brecha en el entramado de los "reds" que dañó a todas las líneas.
Así, con una segunda variante tan difícil de prever como una salida desde atrás "made in Ricardo Carvalho" se gestó el único gol: arrancada del "Mariscal" luso, balón directo a Drogba que se deshace en dos maniobras de Agger y gol de Joe Cole llegando en diagonal antes que

Por hablar de más nombres propios, soberbio Carvalho, decisivo Drogba, intrascendente Sheva; muy mal Mascherano, demasiado acelerado un Xabi Alonso que mereció la roja (parece que no se le olvida que Lampard le lesionó un día de Año Nuevo ...), sin apoyos un multiplicado Gerrard, desastroso Arbeloa, que no aprovechó la autopista que tenía por su banda (no había volante ahí y Ashley Cole se entretenía en seguir a Gerrard o cubrir la caída de Bellamy o de Kuyt).
Decidirán Anfield y, esperemos, el talento y el fútbol antes que la pizarra.
Fotos: Getty Images
Etiquetas: Crónica Liga de Campeones.